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    Cómo llevarme mejor con mi pareja

    Entre el deseo de revelar todo sobre sí mismos y la necesidad de misterio, hombres y mujeres navegan en círculos. Una breve guía de comunicación para dos, para evitar malentendidos.

    ¿El amor implica transparencia? Como pareja, ¿debemos contarnos todo? Si no es así, ¿cómo podemos distinguir entre las buenas y las malas palabras, entre el silencio respetuoso y el que genera malentendidos?

    Todo lo que nos decimos es una ilusión, porque no lo sabemos todo de nosotros mismos", explica Sylvie Tenenbaum, psicoterapeuta (autora de Cherche désespérément l'homme de ma vie, Albin Michel). Pero más que los acontecimientos del día, lo más importante es hablar de nuestras emociones: "Cuando dices eso, yo siento eso", lo que permite a la otra persona entendernos mejor.

    Hay que diferenciar entre exactitud y verdad", continúa Yves Prigent, psicoanalista (autor de L'Existence amoureuse y La Cruauté ordinaire, Desclée de Brouwer). Al buscar la exactitud total, nos volvemos totalitarios, atormentamos a la otra persona y la verdad se nos escapa. Pero ¿qué es la verdad? "Es, por ejemplo, tener el valor de exponer nuestras diferencias para que los malentendidos no arruinen el vínculo.

    Definir un contrato inicial

    Existe, por supuesto, el momento crucial del comienzo del amor. ¿Tenemos que ocultar ciertos aspectos de lo que hemos vivido antes? No", responde el psicoanalista Jacques-Antoine Malarewicz (autor de Le Complexe du petit prince (Robert Laffont) y Repenser le couple, LGF), "porque precisamente estamos en una etapa de la pasión en la que tiene sentido hablar de nuestro pasado para demostrar nuestra buena fe y la confianza que depositamos en la otra persona. Hablar de amores anteriores es una forma de decir: tú eres mejor que todo lo que he conocido, aunque lo que he conocido me permita ser como soy hoy ante ti.

    Sin embargo, es aconsejable no dar demasiados detalles sobre su vida sexual, porque los celos pueden surgir rápidamente en este ámbito. En cambio, debes ser lo más auténtico posible, decir la verdad sobre quién eres en el fondo y cómo te gusta vivir. El riesgo es mentir para no dañar la imagen que la otra persona proyecta de ti", explica Sylvie Tenenbaum. Pero no debemos tratar de adaptarnos demasiado a la otra persona, pues de lo contrario confundiremos el futuro.

    También es el momento adecuado para hablar de las alegrías y carencias que hayamos podido experimentar. Por ejemplo, un hombre que ha tenido una madre que le ha criticado es muy probable que sea sensible", continúa Sylvie Tenenbaum. Si tu pareja conoce tu historia, aceptará más fácilmente este rasgo porque tendrá sentido.

    Infidelidad: saber hablar, aprender a callar

    Esta es la cuestión que más problemas sigue causando hoy en día. En este ámbito, la espontaneidad no siempre da resultado", explica Jacques-Antoine Malarewicz. Hablar es bueno cuando el error es un síntoma de malestar que no pone en peligro el futuro de la pareja. Permite afrontar la crisis y superarla. En cambio, con ciertos individuos muy celosos e impulsivos, es mejor esconderse porque son capaces, sin pensarlo, de romper tu relación.

    A veces nos preguntamos si algunas personas engañan por el mero placer inconsciente de poder contárselo a su pareja después. 'Si tienes la tentación de hablar de ello -continúa Yves Prigent-, antes de confesarte con tu pareja, te recomiendo que lo hables con una tercera persona, para que entiendas por qué quieres confesarte.

    Evitar los temas de enfado

    Algunos temas son difíciles de discutir. No hay que criticar a la familia o los amigos de la otra persona", subraya Sylvie Tenenbaum. No importa lo que digan, no tolerarán que hagas lo mismo. Tampoco hay que mirar a la otra persona con una imagen y decir: "Pero si siempre eres así". Nadie cambia si se siente etiquetado. Pero no sólo las palabras pueden ser molestas.

    Algunos silencios también están calculados para ser perturbadores, por ejemplo, cuando desaparece durante tres horas y al volver anuncia que ha salido a comprar el periódico. Hay un vacío en el discurso", explica Yves Prigent. Son silencios manipuladores cuyo objetivo es crear un bloqueo en la otra persona.

    Liquidación de cuentas en el momento oportuno

    En cuanto a las parejas que resuelven sus diferencias tomando a otros como testigos, "es un desastre", dice Jacques-Antoine Malarewicz. El riesgo de desahogarse en público es el de humillar a la otra persona. ¿Cómo podemos esperar que estén abiertos a lo que decimos?

    Al igual que las discusiones en el coche después de una fiesta son desastrosas porque se convierten rápidamente en acusaciones. Para que el diálogo tenga las mayores posibilidades de ser fructífero, lo mejor es elegir un momento de silencio.

    Hacerse amigo de las palabras

    Hablar permite a las parejas desarrollar tanto la amistad como el amor. Hablar de uno mismo es un regalo para la otra persona; hacer preguntas es una señal de interés. Las palabras desarrollan un código específico que refuerza la complicidad. Cuando se habla y se repite el amor, estas palabras no deben ser ignoradas. Son los que más inmovilizan los lazos del amor. De ahí que siempre y para siempre sea el mágico "te quiero".