Índice
    Cosas arriesgadas para hacer en pareja

    Luchar por un sí o un no, no esforzarse, quedarse pegado a su pareja.... Hay muchos detalles que pueden dañar una relación. ¿Qué se puede hacer? Un terapeuta de pareja hace un balance de la situación.

    Depender constantemente de la otra persona

    Al principio de una relación, tendemos a delegar ciertas tareas si creemos que la otra persona las hace mejor que nosotros. Nos oímos decir: "Tú planchas la ropa mejor que yo, así que prefiero dejar que lo hagas tú".

    Aunque al principio la pareja puede sentirse apreciada, con el tiempo el planchado se convierte en un automatismo y luego en una compulsión. La pareja graba esta operación, que se convierte en una mala costumbre.

    Para restablecer el equilibrio, es necesario intervenir rápidamente. El que "deja hacer" debe cuestionar y actuar, mientras que el que "hace" debe aprender a comunicarse, a pedir ayuda al otro.

    Estar siempre juntos

    Una pareja de fusión es una pareja que lo hace todo junta y piensa que es autosuficiente. Esto es a menudo ilusorio, porque no es necesariamente sostenible a largo plazo.

    Y por una buena razón: vivir así significa correr el riesgo de que las personalidades de los cónyuges desaparezcan en favor de la pareja, lo que puede llevar a un empobrecimiento de la relación. Y no poder hacer las cosas solo también significa estar atrapado en una dependencia emocional.

    Para preservar tu relación, debes aprender a sentirte cómodo por tu cuenta, para sentirte realizado como pareja.

    Discutir sobre todo y cualquier cosa

    A nadie le gusta discutir. Por ello, los conflictos repetidos bajo cualquier pretexto suelen esconder un problema más profundo.

    Para remediar esta situación, hay que empezar por preguntar cuál es la causa del malestar, comunicándolo con calma. ¿Por qué estoy irritable? ¿Por qué mi pareja está a la defensiva? ¿Está frustrado? Todas estas son preguntas que hay que hacerse.

    El segundo paso es la aceptación: para tener una relación pacífica, es necesario aceptar que la otra persona es diferente. Es hora de reflexionar juntos para que estas diferencias se conviertan en una fortaleza.

    Dejar ir

    Mantener una relación requiere un esfuerzo continuo. Sin embargo, a veces se produce una ralentización, ya sea física, de comportamiento o íntima.

    Para remediarlo, pregúntate: ¿quiero que mi pareja haga lo mismo que yo? Si la respuesta es "no", tienes que trabajar en ti mismo.

    ¿El truco para que funcione? Ten en cuenta que la otra persona es tu mejor amigo, porque mantienes una cierta distancia con tu mejor amigo que a veces pierdes con tu cónyuge. ¡Una buena manera es no ir al baño cuando la otra persona está en el baño!

    Tampoco debes dudar en comunicarte con tu pareja, preguntándole si hay cosas que le molestan en nuestro comportamiento.

    Olvidarse de mostrar su amor a la otra persona

    El habitual y mecánico "te quiero" a veces no es suficiente para satisfacer a la otra persona. Para no comprometer tu relación, tienes que entender cómo necesita tu pareja ser amada.

    Un poco de atención, una sorpresa, un gesto de afecto.... Hay muchas posibilidades. El truco está en encontrar lo que más le conviene a tu pareja. Para ello, nada mejor que la observación: hay que descubrir a la otra persona, dar un paso hacia ella.

    Una vez más, la comunicación es esencial: no dudes en preguntar a tu pareja si se siente querido y qué quiere de ti. Aunque no parezcan naturales, estos pequeños detalles pueden marcar la diferencia y ayudar a que una pareja perdure.